INTRODUCCIÓN
El envejecimiento progresivo de la población en nuestro país y la mayor incidencia de aparición de cáncer en este grupo, asociado a la mayor complejidad de manejo de estos pacientes, nos obliga a buscar estrategias para estratificar a estos pacientes valorando el riesgo-beneficio antes de iniciar un tratamiento (radical, adyuvante o paliativo)
MATERIAL Y METÓDOS
El servicio de Geriátria de nuestro hospital ha desarrollado un protocolo de actuación: Valoración Geriátrica del paciente anciano oncológico.
En la consulta de Urología se realiza a los pacientes diagnósticados de cáncer mayor de 75 años un screening básico para detectar aquellos pacientes vulnerables candidatos a ser evaluados mediantes una Valoración Geriátrica. Para realizar este screening utilizamos el Test G8.
En función de la puntuación en el Test G8, los pacientes en los que se hayan detectado criterios de fragilidad serán derivados a la consulta de Geriatría para una valoración integral. También se recomienda valoración integral de paciente mayores de 75 años con nuevo diagnóstico y previo al inidio de una nueva terapia (cirugía, quimiterapia, radioterapia,...)
RESULTADOS
Desde Noviembre/15 a Enero/16 se ha realizado el test de screening en nuestras consultas de Urología a 7 pacientes mayores de 75 años con diagnóstico de cáncer.
De los paciente el 57,14 % (4) eran de nuevo diagnóstico.
El 42,85% (3) de los pacientes cumplían criterios de fragilidad y fueron derivados a la consulta de Geriatría.
De los 3 pacientes (2 de nuevo diagnóstico y 1 con diagnóstico ya conocido y progresión que precisaba cambio de tratamiento) en todos se desestimo tratamiento activo por mayor riesgo que beneficio, y se recomendó seguimiento por Unidad de Cuidados Paliativos.
Entre los tratamientos propuestos y no indicados están el inicio de tratamiento con segundas maniobras hormonales en el cáncer de próstata resistente a castración y el tratamiento con quimioterapia sistémica y cistoprostatectomía radical.
CONCLUSIONES
La edad por si sola no es suficiente para contraindicar un tratamiento, ni el diagnóstico de cáncer obliga a un iniciar un tratamiento, por lo que es preciso instaurar un protocolo de valoración individual de los paciente previo a iniciar un tratamiento.
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