INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Diversas publicaciones basadas en estimaciones teóricas sugieren que la Vigilancia Activa(VA) es una estrategia coste-efectiva para el tratamiento del cáncer de próstata(CP). En nuestro centro se realizó un estudio sobre costes reales demostrando que la VA es rentable económicamente.
El objetivo actual es analizar si este ahorro supone también un beneficio en calidad de vida en términos de coste-utilidad.
MATERIAL Y MÉTODOS
Analizamos dos grupos de pacientes con CP de muy bajo riesgo incluidos en VA o tratados con prostatectomía radical laparoscópica (PRL) entre 2005 y 2009.
Se calcularon los costes de cada grupo con perspectiva hospitalaria, incluyendo para VA los derivados de las consultas y pruebas complementarias del seguimiento, así como los costes de los pacientes que finalmente requirieron tratamiento, y para PRL los costes de cada tratamiento en función de la duración de la cirugía, horas de reanimación, días de ingreso y complicaciones, incluyendo también los costes derivados del seguimiento, tratamientos oncológicos de rescate o procedimientos quirúrgicos funcionales.
El cálculo de años de vida ajustados por calidad(QALYs) se realizó sobre el seguimiento medio de la serie, asumiendo la utilidad publicada por Koerber en 2014 para las diferentes situaciones clínicas de los pacientes en función de su estado funcional y oncológico.
RESULTADOS
Analizamos 151 pacientes, 54(35,8%) incluidos en VA, y 97(64,2%) sometidos a PRL. El seguimiento medio fue de 6,5(DS1,8) y 6,7(DS1,4) años respectivamente(p=0,49).
El coste total por paciente del grupo en VA fue 2970,47€, frente a 5694,06€ en el de PRL, encontrándose un ahorro del 48% en el primero.
Los QALYs fueron de 6,4(DS1,8) y 5,6(DS1,1) respectivamente en cada grupo, por tanto la VA presenta una ganancia de 9,7 meses ajustados por calidad.
El coste medio por paciente y QALYs fue de 465,31€ para los pacientes incluidos en VA vs 1009,40€ para los sometidos a PRL en el periodo del estudio.
CONCLUSIONES
La VA ha demostrado no ser sólo un procedimiento económicamente rentable sino que mejora la calidad de vida con un aumento de 9,7 meses en supervivencia ajustada por calidad y un 53% de reducción de costes por QALYs en comparación con la cirugía.
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