INTRODUCCIÓN
El trasplante renal robótico ha demostrado ser una técnica factible con unos resultados funcionales aceptables. Tras realizar varios casos de trasplante renal robótico con éxito, y con el objetivo de ofrecer una menor invasividad al paciente, realizamos un trasplante renal robótico en el que introducimos el injerto a través del fondo de saco vaginal posterior.
MÉTODOS
Presentamos el caso de una paciente de 36 años candidata a un segundo trasplante renal a la que se le ofreció esta posibilidad técnica y aceptó.
Colocamos la paciente en decúbito supino con las piernas separadas para poder acoplar el robot y tener acceso al canal vaginal. El primer paso de la cirugía consiste en la disección de los vasos iliacos y la vejiga para realizar las anastomosis posteriormente. Una vez el campo está preparado, abrimos el fondo de saco vaginal posterior utilizando un trócar de obesidad transvaginal como guía. Realizamos la colpotomía utilizando los dedos del cirujano asistente y con electrocoagulación para delimitar la longitud de la apertura. Tras ello, colocamos un retractor tipo Alexis. Este retractor evitará la contaminación del injerto durante su introducción entrada y nos permitirá la entrada de gasas con hielo para mantener la isquemia fría.
Con tal de evitar lesiones del injerto y contaminaciones, lo introducimos dentro de una endobag. Una vez en la cavidad peritoneal, realizamos el trasplante siguiendo la técnica de trasplante renal robótico descrita en nuestros casos anteriores. Utilizamos clamps tipo bulldog laparoscópicos en los vasos ilíacos. Realizamos la venotomía y la arteriotomía con tijera fría. Utilizamos un portaagujas Black Diamonda para manipular los vasos de forma atraumática. Las anastomosis vasculares se realizan con suturas continuas de Goretex 6/0, siendo interrumpidas en el extremo inferior de las mismas para mantener la tensión.
Tras completar las suturas vasculares, comprobamos la adecuada perfusión del injerto y lo colocamos en su posición definitiva en un espacio extraperitoneal que hemos creado al principio del procedimiento. Cerramos la colpotomía con una sutura continua de hilo barbado y realizamos la uréteroneocistostomía siguiendo la técnica de Lich-Gregoir adaptada al robot.
RESULTADOS
El tiempo quirúrgico fue de 274 minutos, con un tiempo de anastomosis venosa de 28 minutos y de anastomosis arterial de 18. La paciente presentó un buen postoperatorio, sin desarrollar complicaciones y con función inmediata del injerto.
CONCLUSIÓN
La combinación de un trasplante renal robótico con la inserción del injerto a través del canal vaginal és un procedimiento factible que disminuye de forma importante las incisiones del trasplante. Aún así, es necesaria una mayor experiencia para evaluar las posibilidades de este procedimiento.
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