Introducción: La adenomectomía ha sido uno de los últimos procedimientos en incluirse a la práctica habitual de la cirugía laparoscópica urológica. Los problemas clásicos para argumentar el retraso en la implantación generalizada de esta técnica son: pocas ventajas en incisión, mayor tiempo quirúrgico y cuestiones relativas a la gestión/organización de los Servicios de Urología. Material y métodos: Paciente varón de 61 años, IMC de 28,05, con clínica del tracto urinario inferior severa, que no mejora con tratamiento farmacológico. En ecografía abdominal se observa una próstata de 110 cc, con marcada prominencia endovesical, vejiga de pared gruesa y signos de lucha, residuo postmiccional de 150 ml. Se decide realizar una adenomectomía laparoscópica transperitoneal. Técnica quirúrgica: 1º Decúbito supino y Trendelenburg; 2º Acceso peritoneal con trócar subumbilical, 4 trócares de trabajo; 3º Sección de ligamentos umbilicales y peritoneo, con acceso a espacio prevesical y prostático; 4º Disección de cuello vesical con pinza de corte y sellado y apertura del mismo en su vertiente anterior y posterior; 5ª Disección roma y con pinza de sellado del plano posterior y lateral del adenoma; 6º Disección del plano anterior, con maniobras romas y sección cuidadosa de fibras musculares; 7º Sección uretral; 8º Hemostasia de lecho prostático con pinza bipolar; 9º Hemostasia apical y de pedículo vésico-prostático con sutura trenzada nº1; 10º Trigonización de labio posterior de cuello vesical; 10º Paso de sonda vesical y cierre capsular con dos sutura continuas trenzadas nº1, anudadas en el centro; 11º Extracción de pieza y cierre de puertos. El tiempo de neumoperitoneo fue de 70 minutos y el sangrado de 100 ml. El postoperatorio transcurrió sin complicaciones, siendo alta a los 3 días con sonda vesical, que se retiró ambulatoriamente 3 días después. El estudio anatomopatólogico muestra una pieza quirúrgica de 85 gramos, con hiperplasia glandular, focos de prostatitis aguda y crónica. Conclusiones: La adenomectomía laparoscópica parece asociarse a un menor sangrado intraoperatorio, por el efecto del neumoperitoneo y por la posibilidad de realizar una meticulosa coagulación selectiva o sutura de los focos de sangrado. El tiempo quirúrgico es competitivo en urólogos con experiencia en cirugía pélvica.
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